Con tus manos entrelazadas
Como agua tras mi nuca
Hasta el silencio es nube
Gloria estacionada al interior
De mi voz que despierta
A la gracia de vivir alegre
Paso ligero que me lleva
Al epicentro de la delicia
Al el núcleo de la belleza
En mis manos cabalga la euforia
Entre mis dedos mi alma discurre
Escribo
Dentro de mi corazón reina lo puro
Todo tiende a seguir girando
Ahora me voy a ver si me buscas
En mis labios llevo un lucero
En mi conciencia lo que todo lo nombra
Cumbre sin forma, el revés de lo inmenso
Palabra que al demonio domestica
Luz que al hombre deslumbra
Forastero, foráneo, frontera entre lo fantástico
Y el misterio de lo que a diario nos inunda
Alto vuelo alto, entro a lo profundo
Van tomando fuerza mis pensamientos
Vencedores, humildes, gallardos
Saber que si hago aprendo
A morar puro en el cielo de tus labios
Suave, delicado, preciso, fluyo
Exento de aspavientos
Contemporáneo de la nada
habito sereno en tu acabada cifra
repatriado en tu cintura
De donde vengo todo perdura
empiezo, día a día, beso a beso
a sellar tu sonrisa última
¡Aleluya! ¡Aleluya!
nuestro fuego se une
en su transparente temperamento
"Amor y Verdad se han dado cita
Paz y Justicia se abrazan"
(salmo 85-11)
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